No hace falta tener acceso a la Matrix o ser Rolando Graña y Chiche Gelblung en Mc combo para comprender culturalmente la problematica de la inseguridad.
En torno a un sector social víctima de la falta de compromiso y acción comunitaria, a la vista de anteojos de rayos x, la actividad delictiva es alimentada, apremiada.
Resultante de diversas variables y deficiencias ya conocidas, casi trilladas, nos enfrentamos no solo a un sujeto armado, si no a una realidad cultural de raigambre profunda. Casi sistemáticamente los sujetos no solo justifican los actos delictivos, si no que desvalorizan el no hacerlo calificando de “anti chorro” quien perteneciente a su grupo no lo hiciese o alguien intente impedirlo.
Música que refleja una realidad social, o apología al delito?...
Cuestionable, no cuestionable, justificado, no justificado, comprensible, no comprensible… Y las preguntas siguen como creciendo los “chorros” que, de ser solo apariencia no molestarían como su objetivo adrenalínico.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Es la gente influenciada por la música, o es la música el reflejo de la gente?
ResponderEliminarEn verdad, los empresarios que promueven este movimiento musical, solo recaudan. No creo que esté premeditado difundir puntualmente hazañas delictivas, si no que alimentan al sector que las comete. El peligro no es solo por identificación, si no asimilación por parte de personas no arraigadas a estas costumbres.
ResponderEliminar